miércoles, 29 de agosto de 2012

El santo oficio



Estas imágenes solamente son una breve demostración de la capacidad criminal y torturadora que profesaba el santo oficio o inquisición.
La verdad, no podemos imaginar las miles de personas que han perecido bajo su yugo.

Raíces desterradas y antisemitismo cristiano


Es muy común escuchar ciertos vocablos de nuestra lengua usados en los ambientes más coloquiales, donde nos dejamos llevar por la confianza que tenemos a nuestros interlocutores.

Entre estos vocablos podemos encontrar “mira que eres judío” haciendo referencia a un acto de querer estafar o dar mal el cambio cuando se hace una compra; “usurero”, haciendo también referencia a una mala imagen preconcebida acerca de los judíos. A pesar de eso, no solamente tenemos esos prejuicios en forma de palabra dentro de nuestra psique, sino que tenemos además, cierta visión sobre dicho pueblo. Una de esas imágenes corresponde a los dibujos animados cuando dibujan a un judío con su respectivo vestuario o bien con una nariz aguileña, morenos y con ciertos gestos.



Si hacemos un salto hacia atrás en el tiempo, podemos ver que pocas cosas han cambiado. Y como un cuento, empezaremos a desmenuzar el porqué del antisemitismo y el desconocimiento de la cultura hebrea que hay en España.

En primer lugar, a lo largo de toda la edad media española late un sentimiento antisemita que da comienzo a las persecuciones dentro de las aljamas. El origen del sentimiento antisemita tiene una doble motivación: económica y religiosa. Se acusaba a los judíos de practicar la usura y de ser el pueblo deicida, es decir, de haber matado a la encarnación de Dios Jesucristo.

En cuanto a sus creencias religiosas, se les acusaba de terquedad por no haberse convertido a la verdadera fe.

Tiempo después, entre los años 1370 y 1391 hubieron disturbios en Mallorca, Gerona, Perpiñán y Barcelona. Uno de estos hechos se produjo en Sevilla cuando Ferrand Martínez comenzó a predicar contra los judíos. Sus sermones atizaron el fuego del odio popular. Las sinagogas y el barrio judío quedaron destruidos.

No obstante, fue a principios del siglo XV que surge en Valencia la figura del fraile dominico Vicente Ferrer, quien con sus sermones contra los hebreos provocó nuevas reacciones de odio popular. En sus viajes de predicador consagró muchas sinagogas como iglesias cristianas y realizó numerosas conversiones.

En segundo lugar, hay que considerar que en esos tiempos había una crisis económica causada por la carestía de alimentos y las diversas guerras entre los nobles y reyes de los distintos territorios de la península y por lo tanto, se acusaba a los judíos de dichos males como cabezas de turco.

Por ende, hay que tener claro que debemos fragmentar varias de las causas que definitivamente dan lugar al antisemitismo que había en los reinos cristianos respecto al pueblo hebreo. He aquí la lectura de las siguientes:

LOS CONVERSOS, LOS MARRANOS Y LOS CRISTIANOS NUEVOS
Una de tantas consecuencias que tuvo el antisemitismo en este país fue el hecho de las conversiones, la mayoría de ellas forzosas y bajo el símbolo de la cruz. Todo ello se debe a que su existencia fue uno de los problemas más graves entre los siglos XIV y XVIII.
Los conversos eran más odiados por los propios cristianos que los propios judíos. Se les acusaba de convertirse por conveniencia, de permanecer fieles a su fe mosaica y de actuar con prepotencia que antes al estar protegidos por un nombre cristiano. Para los cristianos todo converso era sospechoso de judaizar. La mayor parte de ellos se convertían para ponerse a salvo de los motines y la violencia de los cristianos. En cambio, aquellos que pertenecían a la corte lo hacían para conservar su posición social y sus puestos en la administración.

Es evidente, que después de estos razonamientos, para los judíos existiesen dos clases de conversos: los Anusim y los Mesumad. Los primeros eran aquellos que se habían convertido a la fuerza y que seguían actuando de corazón como verdaderos judíos. Los segundos eran aquellos que se convirtieron de manera voluntaria y sincera.
A los mesumad se les negaba el trato y se les temía por su colaboración en la persecución de los anusim y de los judíos. Cabe decir una gran parte de los conversos pertenecían a los falsos conversos y a los anusim para los judíos. En la vida privada actuaban como fieles judíos ya que eran fáciles de reconocer porque continuaban ejerciendo los mismos oficios y sus formas de vida no habían cambiado.

LOS REYES CATÓLICOS Y LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA
Al subir al trono los reyes católicos empieza un periodo importante de la historia de España. Una vez instalados en el poder, inician la tarea de reorganizar el reino en todos los ámbitos.
El problema principal al cual tuvieron que enfrentar fue la cuestión judía y, sobre todo, la de los conversos.
Su actitud no obedecía a posturas personales, sino que estuvo motivada por la necesidad de encontrar soluciones a un problema político. Los disturbios y los conflictos entre cristianos nuevos y viejos eran continuos.
Todo y que había conflictos, se mostraban tolerantes con los judíos; respetaron su presencia aunque bajo control.

Sin embargo, pronto se impuso la opinión de que la solución del problema de los conversos judaizantes tenía que ir acompañada de la expulsión de los judíos.
Los reyes católicos hicieron eco de las sucesivas peticiones sobre la creación de un tribunal de inquisición especial para los conversos. Tras una serie de negociaciones con el pontífice sixto IV, obtuvieron en 1478, la autorización para crear la inquisición en Castilla, que debía servir para fortalecer el catolicismo y combatir la herejía.
Este nuevo tribunal se fue estableciendo en las principales ciudades del reino y no tenía relación alguna con los antiguos tribunales inquisitoriales medievales (dependencia del papa y los estados pontificios). Éstos últimos fueron puestos bajo autoridad de la corona y adaptados en todo a la nueva inquisición.
Así quedó constituida la nueva jurisdicción que habría de imponer un régimen de terror sobre toda la población conversa. El acusado no sabía ni quien le acusaba ni de que se le acusaba; los interrogatorios se practicaban bajo tortura; y la confiscación de los bienes y las multas eran frecuentes.
Las condenas variaban según la importancia del delito y la actitud del acusado. Si se arrepentían había penas menores, como la de llevar el hábito llamado sanbenito. En caso de mantenerse en su fe, el acusado era condenado a morir en la hoguera.

La inquisición fue especialmente dura con los conversos más humildes. La tolerancia política respecto a la existencia de comunidades judías en España terminó por desaparecer dentro de este ambiente.
Terminada la conquista del reino de Granada, el 31 de marzo de 1492 se promulgó el decreto de expulsión, aunque no se hizo público hasta el mes de mayo. Los judíos tenían que abandonar el país en el plazo de tres meses, llevando consigo a sus familias y criados. Podían vender sus bienes, pero les estaba prohibido sacar del país joyas o piedras preciosas.
A fines del mes de mayo comenzó el éxodo de los judíos españoles, que transcurrió por regla general de modo tranquilo y ordenado. Las sinagogas, los cementerios, las escuelas y el resto de sus bienes públicos fueron confiscados y declarados propiedad del tesoro real.
El decreto de expulsión estuvo acompañado por una serie de campañas de predicación llevadas a cabo por frailes.
La expulsión de los judíos fue un acontecimiento sin igual en toda la historia medieval española, y tuvo más renombre que las expulsiones de Francia o Inglaterra.
Si hablamos de demografía, la población judía española era muy importante, tanto por su número como por su grado de participación en la vida social y en la economía de los reinos cristianos. El único Estado que les recibió con los brazos abiertos fue el imperio turco (otomano), que a la sazón se encontraba en pleno apogeo social, político y económico. También por motivos religiosos ya que entre el cristianismo y el islam existe una animadversión.
En julio de 1492 terminó el éxodo con la salida del último judío de España.
Para concluir el artículo, hace falta hacernos unas cuantas preguntas. ¿qué habría pasado si no hubiese habido tal expulsión?. ¿El antisemitismo es una ideología o más bien un modo de comportamiento?.
Las respuestas que puedo dar después de un largo tiempo de reflexión son las siguientes: en el caso que no hubiera habido expulsión y por lo tanto no hubiese habido discursos judeofóbicos, quizá nos ubicaríamos en el único país de Europa donde conviven tres religiones monoteístas, con un gran número de creyentes y dos de ellas provenientes de la misma matriz por largos siglos.
Otra reflexión utópica podría ser la de una nueva España, más moderna, donde sus habitantes adorarían más el obtener conocimiento y sobre todo, estaríamos en un país mucho más avanzado.
La prueba de ello la encontramos en el moderno Estado de Israel.
Fuente: López, Ibor, M: Los judíos en España. ed Anaya, Madrid, 1990







jueves, 16 de agosto de 2012













Estas imágenes dan testimonio de nuestra vinculación con un pasado judío que después de 520 años, todavía sigue latente en los corazones de las gentes que sienten la energía de las vivencias que allí hubieron.
Algunas imágenes pertenecen a la judería de Girona, quizá la más bonita, incluso más que la de Barcelona. Otras imágenes que podemos apreciar tratan sobre los objetos encontrados como una menorah en la antigua sinagoga de la calle Marlet de Barcelona, una inscripción hebrea y una lápida en la misma ciudad.
Finalmente, lo que fue la judería de Toledo, están muy bien conservadas las murallas y desde ellas podemos atisbar sus calles y la parte lateral de la sinagoga principal.

TESOROS DE SEFARAD

No es la primera vez que la arqueología como instrumento científico ha logrado milagros o ha conseguido acercarnos más a las civilizaciones que habitaron nuestras tierras tales como los Íberos, los Romanos, los Fenicios y así un largo etcétera.
En España, la ignorancia hacia lo sefardí o judío es mayor ya que la iglesia católica se ha encargado de inculcar unos valores antisemitas a nuestra sociedad a lo largo de los tiempos. No obstante, muchas ciudades siguen conservando en sus cascos antiguos las aljamas judías y en algunas de ellas incluso se ha llegado a excavar y por lo tanto se ha podido encontrar una importante fuente de patrimonio judío.

Empezaremos por las ciudades que históricamente han tenido las aljamas más importantes. Entre otras podemos encontrar Barcelona, Gerona y Toledo.
Barcelona siempre ha estado en la cabeza de las ciudades europeas. Ya sea por su tendencia cosmopolita, su arquitectura, su organización, etc., pero su atractivo se basa en el núcleo antiguo. En él podemos encontrar distintos puntos como las ramblas, las callejuelas que comunican, la catedral y la parte que fue la aljama.

El call o la aljama de Barcelona estaba formada por callejuelas estrechas, no asfaltadas ni empedradas y los edificios de allí no eran para nada atractivos. Cabe decir que lo que le hace encantador es su estructura y el hecho de estar cerca de la catedral. Su densidad de población era de las más altas de la Cataluña histórica y sus edificios los más altos.

Además, estaba compuesta por dos puertas que comunicaban la entrada y la salida; los equipamientos eran completos y disponía de carnicería, dos sinagogas, un almacen de grano y la escuela.
La comunidad judía moró allí hasta el año 1391 ya que hubieron incidentes que provocaron más de tres-cientos muertos con lo cual repercutió de forma directa a la población. Gran parte de ella tuvo que refugiarse en el castillo nuevo a condición de pasar por el filtro de la conversión.





Gerona, es quizá la segunda ciudad de Cataluña con más historia sin despreciar las otras capitales de provincia. Tenía y tiene una de las juderías más grandes y completas del medievo morando en ellas cerca de 800 personas.
Se empezó a formar en el siglo XII cuando unas cuantas familias judías se instalaron en el carrer de la força.

La aljama estaba formada por callejuelas interconectadas entre si, había varios puentes el más famoso, el que daba la entrada al call, y una plaza central entre otros componentes. Los equipamientos se componían de la sinagoga o sinagogas, la carnicería, la escuela, el matadero, la madraza, y la escuela de cábala.
En ella moraron grandes exegetas y intelectuales. Destacan las teorías del pensador Jacob ben Sehet Gerondi, el poeta Mesula ben Selomo de Piera, i los filósofos Ezra ben Salomo y Azriel de Girona.
Sin embargo, la figura más relevante fue el médico, exegeta, poeta y filósofo Mosse ben Nahman más conocido como Bonastruc ça Porta.

Para dar final a la descripción de las distintas aljamas, hablaremos de una de las ciudades más importantes sin ningún tipo de duda, es decir, Toledo.
Actualmente es una urbe con mucha historia detrás, la cual conserva perfectamente su casco antiguo que corresponde a la ciudad construida en el periodo medieval. Dentro de la parte medieval se halla la judería.
Su formación empezó a emplazarse en el barrio de San Martín, lugar asignado por los árabes después de la conquista de la ciudad. Al mismo tiempo se construyó una muralla para su protección.
Sus limitaciones por la parte interior las constituyen los distintos adarves que se van erigiendo según el crecimiento progresivo de la judería. Éstos solamente limitaban los barrios cristianos.
Los judíos no estaban obligados a vivir en la aljama y algunos lo hacían fuera. La aljama comprendía diferentes barrios no deslindados entre si. Éstos correspondían a los sucesivos periodos de crecimiento desde el núcleo inicial, y también a la diversidad social de la comunidad así como a su idiosincrasia organizativa.
Su composición se basaba en una serie de callejuelas cerradas por puertas, de vías que se comunicaban entre si y también conectaban la judería con la ciudad. Los equipamientos eran muy completos y podíamos hallar una escuela, el matadero, el horno público, diferentes comercios y talleres donde trabajaban artesanos, las viviendas, tres sinagogas (las más famosas: sinagoga del tránsito y de santa María la blanca), y un hospital entre otros.

Podemos ver que aparte de los restos de las aljamas que han quedado en nuestras ciudades, también hay otros tesoros que dan testimonio a que existió una diversidad y riqueza cultural en España. De hecho, se han llegado a excavar y a hacer averiguaciones dentro de los antiguos barrios judíos donde se ha encontrado pertenencias de las familias que vivían allí.


Los objetos podían ser lápidas funerarias con inscripciones, alhajas, inscripciones hebreas en las paredes, una menorah, y así un largo etcétera.
Solamente tenemos que ser conscientes de que tenemos una larga historia judía en nuestras espaldas, la cual nos ha estado vetada durante muchos siglos. Así que de alguna forma debemos hacerle frente y conocerla, ya que muchos de nosotros tenemos aunque lo ignoremos sangre judía en nuestro ser.