lunes, 16 de julio de 2012

Ética, sabiduría y bien común

Ética, sabiduría y bien común Desde la más tierna infancia nos educan dentro de la máxima de amarnos los unos a los otros y lo que no quieras para ti no lo quieras para el prójimo. Lo que se quiere decir es que todos nos movemos por unos valores los cuales son inculcados por otros. Lo triste de todo ello es la perversión de los mismos. Sí, estamos dentro de una sociedad donde los individuos se pervierten entre ellos mismos. Esto consiste en mirar por los propios intereses, imponer nuestra voluntad mediante el egoísmo sin mirar el bien común de las demás personas. Cabe decir que los valores a parte de ser inculcados por otros y asimilados en nuestro yo interior son el motor por el cual debemos movernos en este mundo. Muchos piensan que la educación se basa en la adquisición de conocimientos pero aquellas personas sensibilizadas saben que no es cierto. Para definir dicho vocablo hacen falta otros vocablos que lo completan. Entre muchos existen la ética, erudición, moral y aprendizaje. En primer lugar, la palabra saber implica las teorías aprendidas en la escuela y la experiencia adquirida en la vida como también nuestra capacidad de adquisición autodidacta. Todo ello, incluye un conjunto de personas ya que desde temprana edad nos socializamos, primero en el núcleo familiar y segundo en ambientes ajenos como pueden ser la escuela, la universidad, ir a comprar o el lugar de trabajo. En segundo lugar, el término moral es subjetivo. Cuando se dice subjetivo uno se refiere al fuero interno de las personas. Para unos la moral es hacer el bien, para otros sugiere un dilema y para muchos ni siquiera existe en el diccionario. La crisis económica mundial que nos acecha en estos días tiene un origen económico y no se discute la razón, pero cabe considerar que hay una crisis de moral. La moral se adquiere en la familia pero también es un valor que la escuela remarca. El problema es que no se usa. Las personas anteponen sus deseos al los de los demás. Paradigma de ello son los bancos, que evidentemente los forman personas. Siempre tienen la ley de su parte, especulan con el dinero del otro y si encima intentas defender lo que es tuyo sales perdiendo. Otro paradigma es la clase política que domina nuestros días. No sólo nos representan sino que vulneran nuestros derechos recortando en menesteres tan importantes como la sanidad, las políticas sociales y la educación, de los tres campos, el más importante sin ninguna duda. Gracias a ella, nos formamos como personas y podemos desarrollar habilidades. Por ejemplo, un médico es relevante porque salva las vidas de las personas pero anteriormente recibió una formación a manos de un maestro o maestra enseñándole éste a leer y escribir. De aquí su importancia. Hemos aparcado la teoría y toca hablar del buen hacer que ha hecho el judaísmo en el campo educativo. Un bello modelo es Emmanuele Levinás. Este pensador judío destacó por sus teorías éticas y por aportar su saber a la pedagogía destacándose como un reputado sabio dando a la pedagogía su más profundo saber. España es el país de Europa que quizá contenga uno de los datos más alarmantes acerca de los altos índices de fracaso escolar. Por ello se ha intentado cambiar en varias ocasiones de sistema educativo a través de nuevas leyes tales como LOGSE, LOE, LOCE..... A pesar de todo, nada ha cambiado sino que han empeorado más las cosas. Los motivos por los que los valores de la educación se han visto degradados son entre otros el empeño de crear una escuela basada en los ideales del capital. Si nos fijamos, en todas ellas predominan unos valores similares, es decir, los educandos tienen que seguir unas determinaciones como si fueran corderos sin potestad de pensar ni aplicar su criterio ya que si lo hicieran irían en contra del sistema. Es triste como cada día nos olvidamos más del bien común, de las necesidades del otro y del otro. Según las teorías Levinisianas, el otro era superior a él mismo. Ni tan siquiera se fijaba en su aspecto. Hoy día andamos demasiado rezagados en como van vestidas las personas, en su nivel intelectual sin pensar que son personas que al fin y al cabo. Nos hemos olvidado de las otras personas pero sobretodo nos hemos olvidado de lo que es la responsabilidad. Los padres no educan como se debe, los chiquillos y no tan chiquillos salen rebeldes, los banqueros implicados en tramas de desfalco no responden ante la justicia..... qué falta de responsabilidad! La responsabilidad es un valor que cada día escasea más. Los padres acostumbran a delegar la educación de los hijos en los maestros y no son conscientes de que son ellos quien deben educarlos. Para nuestro autor, ésta siempre va dedicada a la otra persona. Bien que uno tiene que ser responsable de sus propios actos pero también de los actos de los demás. Si aplicamos esta teoría en el ámbito educativo se interpretaría de la siguiente forma: el maestro es responsable de sus tácticas educativas y de el mismo; mas están primero los intereses de sus educandos, los cuales le dan toda su confianza para que sea él el responsable de su formación intelectual y moral. En definitiva, el compromiso del maestro va más allá de educar a las personitas que tiene a su cargo; su función es servir de buen grado con gozo, vocación y ejemplaridad a sus pupilos sin importar su condición. Mirarles el rostro sin ni tan siquiera fijarse en el aspecto físico ya que lo fundamental es la conexión del alma. Para dar fin a nuestra reflexión amigos cabe mencionar una frase de otro ilustre filósofo llamado Dostoievsky: “todos somos responsables de todo y de todos ante todos, y yo más que todos los otros”.

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